Descifran los 35.000 genes del tomate
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31 mayo 2012

Descifran los 35.000 genes del tomate

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El profesor Miguel Ángel Botella, del Departamento de Biología Molecular y Bioquímica de la Universidad de Málaga, lidera uno de los grupos que conforman el proyecto internacional implicado en la secuenciación del genoma de esta especie con gran importancia comercial y que la prestigiosa revista Nature recoge en su portada.

Foto de portada: La secuencia del genoma de este fruto ha sido descodificada gracias a la labor de un equipo integrado por científicos 13 países. /CSIC

El tomate (Solanum lycopersicum) es cada vez más popular y mantiene, con datos de 2010, una producción global de más de 145 millones de toneladas. Además, la secuenciación del tomate permitirá la mejora genética, no solo en este, sino en otras especies de la familia de las solanáceas como berenjenas (Solanum melongena) y pimientos (Capsicum spp.). Incluso, facilitará el desarrollo de nuevas variedades con mayor resistencia a enfermedades o con mayor tolerancia a condiciones medioambientales adversas.

La secuencia del genoma de este fruto, uno de los más valorados en el mercado, ha sido descodificada gracias a la labor de un equipo integrado por  científicos de varios países. Un gran avance que no ha pasado desapercibido para el número del 31 de mayo de la prestigiosa revista Nature, al que dedica su portada.

Iniciado en 2003, el proyecto ha tardado en obtener los resultados a favor de una secuencia “increíblemente completa”, con más del 90 por ciento de los genes identificados, y que irán refinando a partir de ahora. Como señalan los investigadores responsables, entre los que figura el doctor Miguel Ángel Botella, uno de los principales objetivos es que este genoma sea una secuencia que sirva de referencia.

La secuencia proporciona una visión detallada de las porciones funcionales del genoma del tomate y de su pariente más próximo, revelando el orden y estructura de sus 35.000 genes. El tomate pertenece a la familia de las solanáceas, que incluye a las patatas, pimientos, berenjenas, así como plantas ornamentales y medicinales como la petunia, el tabaco la belladona o la mandrágora. Los miembros de esa familia se han adaptado a diferentes ecosistemas desde la pluviselva hasta el desierto de Atacama.

El análisis de la secuencia muestra que el genoma del tomate se “triplicó” de repente hace unos 60 millones de años, cuando se produjo la extinción masiva que acabó con 75 por ciento de las especies del planeta, entre ellos los dinosaurios. Posteriormente, la mayor parte de los genes triplicados se perdieron, mientras que aquellos que sobrevivieron se especializaron con el tiempo y ahora controlan importantes características, como el tiempo de maduración, la firmeza de los frutos y la pigmentación roja característica de los tomates.

A partir de aquí, el futuro de este trabajo pasa por unir la secuencia del genoma a caracteres importantes, como la seguridad alimentaria y la salud humana.

Dentro de este consorcio internacional de 13 países, la participación española se centró en la secuenciación del cromosoma 9 y en la introducción de nuevas tecnologías de secuenciación. Para ello han colaborado el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas Primo Yúfera (CSIC y Universidad Politécnica de Valencia), investigadores del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora (CSIC y la Universidad de Málaga), el Centro Nacional de Análisis Genómico y las empresas Genome Bioinformatics y Sistemas Genómicos.

+info | Laboratorio de Bioquímica y Biotecnología Vegetal (UMA) | Solgenomics | Helmholtz-Muenchen